Tu actitud frente al control

A muchos nos gusta sentir que tenemos el control de las cosas / situaciones y nos sentimos importantes cuando sentimos que tenemos este control. Generalmente planeamos, decidimos, buscamos llevar a cabo nuestros planes y nos sentimos “satisfechos” de sentir que tenemos todo “bajo nuestro control”. Un buen día todo esto que tenías planeado, calculado, no se da como esperabas, o no ocurre según tus planes, o simplemente perdiste de vista alguna variable, o alguna persona intervino y tus planes cambiaron, sea lo que sea que haya pasado, hace que todo aquello que tenías planeado, metodológicamente calculado, cambie de la noche a la mañana.

¿Cómo te sientes ante esto?

Seguramente te sentirás frustrada (o), desubicada (o), impotente, con rabia… etc, y empezarán a emerger y sentirás diferentes tipos de emociones. Es aquí donde empezamos a poner en práctica la famosa teoría que seguramente los que me conocen saben que la nombro en repetidas ocasiones y hablo de ellos, y son las áreas del control:

 

1. Lo que no puedes controlar

2. Lo que puedes influenciar

3. Lo que puedes controlar

 

Y es en estas situaciones donde hay que poner en perspectiva estas 3 áreas para analizar cada situación de la vida por más reacción emocional que te haya causado:

 

· Lo que no puedes controlar: Habrá muchas situaciones (de hecho, la mayoría) que simplemente suceden y que no tienes el control en absoluto de eso. Una decisión que te perjudica, diferentes circunstancias de la vida, y frente a múltiples de estas situaciones seguramente no vas a tener nada de control así quisieras, y muchas veces sufres por esas situaciones y quisieras intervenir, pero no es posible y no hay nada que puedas hacer para cambiarlo. Entonces, sino hay nada que puedas hacer para cambiarlo, ¿porqué sufres por eso? En estas situaciones es en donde debemos aprender a soltar, y de verdad soltar porque sufrimos por algo que no podemos cambiar. Aquí debemos poner en perspectiva, ¿Qué puedo hacer yo para cambiar esta situación, o por lo menos modificarla o mejorarla?. Y es aquí donde entra la otra área del control (lo que puedo controlar) que veremos más adelante y vamos a entrar con mayor profundidad.

 

· Lo que puedo influenciar: Existirán situaciones sobre las cuales no tenga 100% el control pero seguramente puedo influenciar de alguna manera para llevarla a cabo según mi propósito, por ejemplo poder influenciar una decisión organizacional hablando con la persona adecuada, o puedo influenciar a través de mi comportamiento, acciones o resultados. Pueden existir diversas situaciones en las que seguramente no tengo 100% el poder de hacerlo, pero la clave está en analizar y determinar si tengo un rango de influencia y de ser así actuar y movilizarme a influenciar para llevarla a cabo según el objetivo en mente.

 

· La tercera área es aquella en la que tengo el control: y es aquí en donde debo centrar realmente mis esfuerzos porque es lo que está bajo mi absoluto control, ya sea una decisión, un análisis, un comportamiento, una acción, pero sobre todo una emoción. En la vida puedo vivir millones de situaciones, que me gustan, que no me gustan, que me benefician, que no me benefician, sin embargo el poder recae en el control que tengo de mí mismo de cómo reacciono ante esa situación. Allí soy dueño y señor del control y tengo el poder. Lo difícil y paradójico del ser humano es que la mayoría de las veces centramos nuestra atención y sufrimos por lo que no podemos controlar y no nos hacemos cargo de lo que podemos controlar, es decir, dejamos simplemente que nuestras emociones se apoderen de nosotros, y que sean ellas las que nos controlen, o peor aún, muchas veces culpamos a otros de nuestras emociones, y reacciones, cuando la realidad es que nosotros podemos tener el total y absoluto control sobre ellas. Mi invitación es a tomar hoy el control de lo que realmente puedes controlar.

 

No puedes controlar como te tratarán, pero sí como reaccionas ante esto (Epicteto – Escuela Estoica).

 

Y traigo esta importante frase justo al tema de hoy porque precisamente resume muy bien lo que puedes controlar y lo que no, pues no puedes controlar cómo te trata la vida pero sí puedes controlar como reaccionarás y cómo te tratarás TÚ ante las situaciones de la vida.

ACERCA DE MI

Psicóloga, Coach, apasionada por ayudar a las personas a liberar todo su potencial, a través de su bienestar mental y psicológico y desarrollo de sus competencias y talentos. 

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