El juego y la vida: caminos que se encuentran

Hace algunas semanas tuve la oportunidad de escuchar a un gran deportista y coach internacional dar una conferencia a un grupo de golfistas.

La conferencia y los aprendizajes que dejó me encantaron, no sólo porque son de gran valor para los golfistas, sino porque también son de total aplicación para los padres que estábamos en la conferencia y para todas las personas en general. Una de las frases que llamaron mi atención y que me quedó grabada fue: “por cada golpe malo en el campo, decirte tú mismo algo bueno”. Destaco esta idea porque generalmente cuando hacemos un mal juego, o nos equivocamos en el campo, lo primero que hacemos es reprocharnos, culparnos o “darnos látigo”. Pero cuánto nos puede ayudar esta proposición si la aplicamos en nuestro día a día.

Es común que cuando fallamos en algún proyecto o no alcanzamos aquella anhelada meta, emerge de nuestro interior un implacable juez que nunca abonará atenuantes a su sentencia. Pero esto nos invita a actuar y pensar que, a pesar de nuestros errores, nosotros también somos responsables de nuestro cuidado mental y debemos darnos ánimo adoptando un lenguaje interno positivo. Debemos ser conscientes de que en la próxima oportunidad podremos hacerlo mejor.

 

Días después de esta conferencia que me dejó buenas reflexiones para la vida diaria, tuve la oportunidad de reencontrar un libro de uno de mis escritores favoritos y guía espiritual: Deepak Chopra, titulado “Iluminación”, el cual aprovecha la temática del golf y las situaciones que experimenta un golfista en el campo, para reflexionar y sugerir proposiciones para las situaciones que todos experimentamos en nuestras vidas.

 

En una de mis publicaciones anteriores me referí al símil de la montaña rusa que es la vida y ahora este escritor, hace la misma analogía para este juego: “el golf es una montaña rusa que ofrece puntos altos de éxtasis puro y puntos bajos de desesperación e ira. La clave está en permitir que estos últimos no se impongan a los primeros”. En este libro nos dan recomendaciones para vivir con plenitud y tranquilidad aún en medio del caos.

 

En el golf se viven diversas emociones, como en todos los deportes, pero lo que lo hace diferente y muy retador, desde mi punto de vista, es que es un juego en donde la competencia eres tú mismo, más allá de un equipo o contrincante específico, el reto es hacia ti mismo, la competencia es contigo mismo lo que hace que sea más exigente desde el punto de vista emocional.

 

En el libro de iluminación Chopra nos cuenta cómo en algunas compañías, su proceso de selección es llevar a los candidatos a jugar golf, así nunca lo hayan hecho y que durante el juego sean observados por un psicólogo, pues este juego es más revelador que cualquier prueba o entrevista, pues aquí se logra conocer cómo una persona maneja una crisis, cómo se trata así mismo y a los demás, cómo funciona bajo presión y qué tanto controla sus emociones.

Tanto el juego como la vida cotidiana, plantea retos que afrontar como:

 

· Pensamiento rígido. Es muy difícil dominar un juego de golf si te basas en un pensamiento rígido, así mismo en la vida, hay que dejarla fluir, no todo es blanco o negro y aprende a disfrutar la infinidad de colores que tiene y nos propone nuestra realidad.

· En el juego, debes detenerte, calmarte, descansar y jugar. Así mismo, en la vida ante situaciones que nos trae caos, ¡detente, respira y cálmate!, toma un descanso para volver a empezar y vivir un nuevo día.

· El golf como la vida, nos puede desencadenar sentimientos que debemos cuidar y aprender a manejar, por ejemplo cuando jugamos en el campo de la vida con ira y enojo actuamos erróneamente de la siguiente manera:

 

– Descabellados: Intentamos cosas imposibles que va más allá de nuestras capacidades sin evaluarlas previamente.

– Inmoderados: Nos dejamos llevar más por las emociones y no por el juicio.

– Precipitados: Hacemos acciones demasiado rápido sin habernos tranquilizado previamente y sin medir las consecuencias.

– Exagerados: Actuamos por fuera de los límites correctos.

– Descontrolados: Nuestras acciones carecen de disciplina.

– Ofuscados: Perdemos de vista nuestro objetivo.

– Altaneros: Ignoramos los consejos.

– Violentos: Lastimamos a los demás.

 

Estas actitudes son previsibles en un jugador impulsado por la rabia y algunas pueden llegar a funcionar en deportes de contacto, pero nunca en el golf, pues en este deporte al igual que en la vida, es vital privilegiar la inteligencia emocional, control y determinación.

 

Por eso mis amigos lectores, durante las horas que dure tu juego, así como los años que dure tu vida, el encuentro será contigo mismo, la competencia más importante es con aquel que está al otro lado del espejo. El reto está en que mientras juegas en cualquier “campo” de tu vida, camines firmemente hacia tu trascendencia.

ACERCA DE MI

Psicóloga, Coach, apasionada por ayudar a las personas a liberar todo su potencial, a través de su bienestar mental y psicológico y desarrollo de sus competencias y talentos. 

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