“Trata a un ser humano como es y seguirá siendo lo que es, pero trátalo como puede llegar a ser y será lo que está llamado a ser” Johann Wolfgang von Goethe.
Escuché esta frase hace poco de una psicóloga que daba una conferencia en el colegio de mi hijo y trajo a mi mente muchas reflexiones y pensamientos que hoy quiero compartir con ustedes. Y aunque el contexto en el que repitieron esta frase fue en un contexto de educación primaria, en mis reflexiones pensaba esto aplica totalmente en el mundo de las organizaciones, al final somos seres humanos, no importa la edad, el ser humano es ser humano y primero fue niño antes de ser adulto.
Adicionalmente, al poner esta frase en el contexto de las organizaciones y liderazgo, me generó un sinfín de reflexiones; una de ellas es: Cómo los líderes somos también educadores, educadores en un contexto organizacional pero que al final nuestra responsabilidad es sacar lo mejor del otro. Y esto me lleva a recordar una frase de Deepak Chopra en su libro: El alma del liderazgo: “ Convertirse en líder es la elección más trascendente que uno puedo tomar: es la decisión de salir de la oscuridad para llegar a la luz” y la complementaría con: es también la responsabilidad más grande que un líder puede tomar porque es sacar a una persona de la oscuridad para llevarla a la luz. Y llevarlo a la luz hace referencia a cómo liberamos todo el potencial de cada una de las personas, cómo los llevamos a ser la mejor versión de sí mismos, cómo los ayudamos a brillar como nunca ni ellos mismos se imaginaron que iban a ser capaz de brillar, esa mis lectores es la verdadera esencia de un líder, sacar lo mejor de cada persona, ponerlos a brillar. Y es aquí donde cobra importancia el poder de la mirada transformadora, y es aprender a ver al otro con ojos de confianza, con ojos generosos, con ojos de fortalezas, pues la verdadera misión de un líder está en centrarse en las fortalezas de su gente, en resaltar lo bueno, los talentos y potencializarlos. Para ver lo negativo o malo de una persona…. Ya hay muchos de esos, el mundo está lleno de ese tipo de personas negativas que aprovechan el mínimo error de alguien para sacarlo en cara, para hacerlo más visible, porque el mundo está lleno de personas que les encanta ver al otro caído. No seamos de esas personas negativas y tóxicas y más aún si queremos ser unos verdaderos líderes debemos aprender a darle la vuelta y no ser más del montón. Lo más fácil es caer en el juzgamiento, en la crítica destructiva, aquello que no nos gusta o con lo que no estamos de acuerdo invalidarlo, criticarlo, minimizarlo, de eso ya hay bastante. Lo difícil es ver el brillo, ver lo bueno, ver las fortalezas, ver el potencial.
Diferenciémonos por empezar a cultivar miradas transformadoras en nuestras organizaciones y en las personas que nos rodean. Empecemos a tratar a nuestros equipos y a las personas de nuestro alrededor como lo que pueden llegar a ser, allí es donde radica la verdadera esencia del líder, vamos y saquemos esos brillos, esos diamantes escondidos, ¡vamos a sacar ese potencial que ni ellos mismos conocen pero que nosotros con el entrenamiento de la mirada transformadora poco a poco podemos ayudarlos a convertirse en los que pueden llegar a ser y mejor!
Decídete a empezar a entrenar tu mirada transformadora y empezarás a ver a las personas y sus fortalezas de una manera más positiva.