Todos en algún momento de la vida hemos tenido la ilusión de lograr aquello por lo que hemos trabajado o por lo que hemos soñado:
– Ser aceptados en la universidad que siempre soñaste, casarte con la persona que tanto quieres, lograr entrar a la empresa que admiras, visitar aquel país/cuidad que siempre te ha gustado, alcanzar una posición mayor de desarrollo profesional en tu compañía, en fin, puedo listar muchos ejemplos de situaciones que han generado ilusión y por los cuales seguramente has trabajado, te has esforzado, y preparado y cuando esperas ese anhelado SI, llega un desilusionante NO.
– No eres aceptado en la universidad que soñaste, la persona que tanto querías te dice que no quiere casarse contigo, la empresa a la que querías entrar a trabajar te dice que ha seleccionado otro candidato, no te dan la visa o no tienes el dinero para visitar aquel país o ciudad que querías, y entonces…¿qué sucede contigo? ¿Qué sucede con todos los planes que tenías?
Seguramente lo primero que llega a ti es un sentimiento de total desilusión, negación, tristeza, rabia, desolación, injusticia, puedes sentirte pequeño, desubicado, poco valorado. Se derrumba tu sentimiento de seguridad, tus ilusiones, y tus sueños, porque todo aquello por lo cual trabajaste y te preparaste… no llegó. Es en estos momentos, cuando florecen todos los sentimientos, y en donde lo más fácil y común que podemos hacer es victimizarnos, anclarnos en la queja, en la protesta, en considerar que lo que nos pasa es injusto, empezamos a señalar a los otros que no nos aceptaron. Es normal que al tener estos sentimientos optemos por esa posición de víctima.
Sin embargo, es en estos momentos, cuando debemos reconocer la grandeza y potencial que hay en cada uno de nosotros, pues a partir de ahí podremos transformar nuestra realidad. Lo maravilloso es que los seres humanos en general, tenemos la capacidad de responder y contamos con la libertad de escoger cómo. El filósofo Francés Jean Paul Sartre sostenía: “Libertad es lo que tú haces con lo que a ti te hacen”, entonces ¿qué vas a hacer con ese NO que recibiste?
Tienes la libertad de decidir si ese No te apaga, te opaca y te hace pequeño, o convertirlo en un “ON”, cuya traducción del inglés al español significa prender, encender. El propósito es que seas consciente que el mundo o la vida ofrece alternativas y que siempre podrás emprender o retomar la construcción de un nuevo camino, una nueva realidad.
Muchas veces el NO nos catapulta a optar por nuevas opciones o nuevos retos, los cuales constituyen un sinfín de nuevas oportunidades que antes no habías contemplado.
Así, que ese “ON” te encienda motores hacia nuevos desafíos, tal como lo señala el psicólogo norteamericano William James: “El mayor descubrimiento de mi generación es que los seres humanos pueden alterar sus vidas alterando sus actitudes mentales” y la actitud mental es la que lleva a la acción y la acción en la que lleva a la emoción. Así que cuando te pones en modo “ON” estás en modo motivación, aprendizaje, listos para escoger nuevas formas de vivir tu realidad.
NUNCA tires la toalla frente a un NO, NUNCA te rindas frente a un NO. Aprovecha tu potencial para crecer frente a esa nueva realidad. JAMÁS renuncies a lo que puedes hacer y lograr, mantén presente que tú eres libre y responsable de asumir tu modo “ON”.
Quiero darte algunas recomendaciones para ponerte en modo “ON” después de haber pasado por un difícil NO:
1. Amplía tu nivel de conciencia. Sé capaz de tener conciencia de tu realidad, no la niegues o maquilles, no te justifiques, no te quejes, simplemente acógela y enfrenta esa realidad.
2. Toma responsabilidad de esa realidad. Cuando tomas la responsabilidad y asumes el papel de actor/actriz protagonista de tu vida, tienes el liderazgo, las riendas y el control de cómo querer afrontar la situación y es allí cuando llega el tercer elemento;
3. La motivación, este tercer elemento es el que te va a dar la energía, el impulso para actuar y tomar acción. Recuerda que, al tomar acción, esto te lleva a la emoción positiva del nuevo camino emprendido y a desplegar todo el potencial que tienes para dar.
¡Así que adelante a transformar tu realidad!